1
Impulsar el Marketing Social en conceptos como la autonomía personal, indicando que ésta no solo atañe a la discapacidad, sino que nos interpela a todos como ciudadanos ya que es algo a lo que nadie querrá renunciar. Este cambio cultural está empezando en las escuelas, con campañas de sensibilización y visibilización en ámbitos como la accesibilidad y la inclusión.
3
Es necesario aplicar y exigir la aplicación de la Ley de Accesibilidad Universal, en viviendas, rehabilitación en particular, espacios públicos, transporte y movilidad en general y para todo ello es imprescindible una dotación presupuestaria.
5
Desarrollar la Asistencia Personal y que esté en la cartera de los servicios de las administraciones públicas; que además se contemplen y regulen los aspectos laborales, tecnológicos, éticos, la regulación y la formación de los profesionales.
7
Tecnología como herramienta al servicio de las personas. Es necesaria la formación en competencias digitales para todas las personas.
9
Sensibilizar a las empresas para que desarrollen tecnología bajo el paradigma del diseño universal y que este concepto se incorpore a los pliegos de condiciones de contratación de obras y servicios.
2
Se precisan alianzas y cooperación entre implicados, diseñando y favoreciendo una estrategia conjunta en objetivos factibles, basada en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y aprovechando los Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS 2030.
4
Se ha reclamado un consorcio público-privado que ante el cambio brutal que se está produciendo en ámbitos como la movilidad (menos aceras, peatonalización, ciudades inteligentes, coches eléctricos, etc.) vele por facilitar al máximo la autonomía personal.
6
Favorecer servicios personalizados con los recursos existentes teniendo en cuenta modelos como el escocés o el escandinavo. Pero siempre teniendo en cuenta las peculiaridades y la idiosincrasia de nuestra sociedad.
8
Hay que romper con las brechas tecnológicas a distintos niveles: individuo, contexto (entornos rurales, brecha económica…) y en las administraciones públicas para que rompan estas brechas mediante la equidad.
10
Los datos abren un nuevo horizonte: pasaremos de datos de opiniones a datos de comportamiento, lo que genera nuevos retos a nivel ético, de regulación e incluso de diseño de bases de datos para no dejar fuera aspectos relacionados con la discapacidad e incluyendo a las personas usuarias en todas las fases del proceso, desde la obtención de datos hasta su uso para la transformación social.